El primer día. El día, tan esperado. Llego y me siento entre mis compañeros esperando, escuchando, y sucede que me siento parte de algo. Parte del teatro, de la vida, de aquello que hace que merezca la pena esto de seguir un camino.
Todo sucede; el tiempo no se para. Las cosas se dan y me doy cuenta de que ya tengo un recorrido: he llegado aquí por mis propios pasos.
Y después la entrega, el vigor, la felicidad y la pena, sentir, crear, reír... el teatro.
jueves, 8 de julio de 2010
Seminario con Consuelo Trujillo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Qué bueno María. A disfrutar, a entregarte a tope. Adelante, hija.
ResponderEliminarAdelante y a andar ese camino, es largo y cansado pero es excitante y maravilloso como ese teatro que tanto amas.
ResponderEliminar